Pautas para una crianza responsable de los quehaceres del hogar

Pautas para una crianza responsable de los quehaceres del hogar

El entorno familiar tiene gran influencia en el buen desarrollo de los niños, quienes con el crecimiento van adquiriendo habilidades para desarrollar tareas por sí solos, como vestirse, ayudar en las tareas escolares y las labores de la casa, sin embargo, los niños por naturaleza se preocupan más por divertirse que por otras acciones, por lo tanto, se hace necesario que los padres fomenten el sentido de responsabilidad para lograr su integración.

¿Por qué es importante que los niños ayuden en el hogar?

Promover que los niños participen en las actividades del hogar es un buen hábito que sirve para enseñar diversos valores, tales como: la responsabilidad, solidaridad, compromiso, empatía, cooperación, disciplina y estimular la independencia, los cuales, fungen como pilares para la buena formación de la sociedad. 

Consejos para delegar responsabilidades a los niños en el hogar

Aplicar el buen hábito de colaborar en casa no es una tarea fácil, sino que requiere de dedicación paternal para guiar las actividades por hacer, algunos consejos para ayudarte en esta tarea son:

  • Describa muy bien las tareas que desea que su hijo realice:

Los niños se encuentran en un constante proceso de aprendizaje, por lo tanto, es necesario girar instrucciones concretas que le permitan entender claramente cuáles son los resultados que deseas obtener.

  • Reconoce y realza el buen trabajo

Enaltecer el buen trabajo es una técnica efectiva para incentivar a los chicos a que vuelvan a repetirla por sí solos, o a esforzarse por hacer todos sus quehaceres con mayor motivación. Para ello podrías aplicar, recompensas en la cartelera de actividades. 

  • Estructure las actividades 

Establecer rutinas en sus hijos le ayudan a fomentar el sentido de responsabilidad, por ello es importante determinar las actividades que debe hacer durante el día, especificando (si fuera posible) el horario en que debe realizarlo. 

  • Realicen retroalimentación semanalmente

La retroalimentación sirve para que cada una de las partes indique sobre las fortalezas, debilidades y las posibles soluciones para mejorarlas, en estas reuniones pueden pactar nuevos contratos que se adapten a las necesidades. Además, es necesario que supervise siempre las actividades que realiza su hijo, a fin de corregir las fallas y guiarlo a ser una persona responsable.

  • Haga uso de la disciplina cuando sea necesario

Disciplina a tu hijo con responsabilidad, limitando determinados privilegios y actividades que tanto le gustan. Eso sí, no todo tiene que ser malo, así que recompensar sus logros también resulta una práctica estimulante y demostración de afecto.

¿Qué actividades puede designar según la edad de su hijo?

Hay que ir incorporando actividades poco a poco sin saturar, ya que podrían irritarse y oponerse a cumplirlas.

  • De 2 a 3 años: un niño de esta edad puede ayudar a regar las plantas, recoger sus juguetes, empezar a comer solo y llevar su plato al lavadero.
  • De 4 a 5 años: a esta edad sus actividades pueden ir centradas a alimentar las mascotas, ayudar a retirar el polvo de las superficies y reponer el papel higiénico en el baño.
  • De 6 a 7 años: en este punto la organización es clave, así pues, pueden mantener su habitación ordenada, limpiar sus zapatos, colocar la ropa que se quitan en la cesta y ayudar con las compras en el supermercado.
  • De 8 a 9 años: cuando alcancen esta edad, ya estarán listos para tender su cama, sacar la basura, lavarse los dientes sin ayuda y alistar el uniforme del colegio la noche anterior. 
  • De 10 a 11 años: ya está edad podrá ser responsable de cumplir con sus tareas escolares (sin que esté mamá o papá recordando que tiene pendientes), también podrá reemplazar las toallas sucias y organizar la ropa sucia para lavarla. 
  • De 12 a 13 años: empiezan la etapa pre adolescente, así que estarán listos para cumplir un horario de estudio, hacer la mesa y ordenar la ropa. 

La crianza de los niños en un proceso complejo que requiere la constante intervención de los padres o cuidadores, a fin de guiar, acompañar y corregir las conductas de los niños, al tiempo que fomenta una sociedad consciente y con buenos valores.